A menudo, la misma fuerza de la correa que se está instalando puede desalinear la polea. No obstante, cuando el sistema está relajado, este problema podría pasar desapercibido. Empiece por comprobar todos los cojinetes de las poleas y el tensor, y asegúrese de que no tengan juego de lado a lado. Gire el tope del tensor para detenerlo, mientras comprueba si la carcasa del tensor tiene algún tipo de movimiento. No debería tener ningún movimiento. A continuación, inspeccione las ranuras en la polea tensora y las poleas locas, y asegúrese de que no estén gastadas ni presenten síntomas de contaminación. Si continúa experimentando problemas, realice una prueba de ruido. Con el vehículo en marcha, pulverice agua sobre la correa. Si oye un ruido en forma de zumbido, significará que hay una desalineación en algún punto del sistema. Si la correa chirría, y el ruido desaparece y vuelve a aparecer rápidamente, significará que existe un problema con la tensión y que, por lo tanto, deberá reemplazar el tensor.